CARTA DE PIERRE CLOSTERMANN
A LOS PILOTOS ARGENTINOS
Cuando la República Argentina inició con el operativo
“Rosario” la recuperación del archipiélago de las Islas
Malvinas, tras más de un siglo de usurpación inglesa,
los pilotos de la Fuerza Aérea, la Aviación Naval y los
del Ejército Argentino, se desplegaron en misiones de
vuelo de todo tipo, sin tener experiencia de guerra y
contando con material de vuelo relativamente antiguo,
como proporcional y cuantitativamente, escaso, en
relación al enemigo británico.
Sin embargo, la actuación de todos ellos, resultó
magnífica y tras numerosas acciones exitosas, se
convirtieron en el arma más temida por los ingleses.
Debían volar desde territorio continental argentino, en
increíbles vuelos rasantes que dejaban estelas sobre la
superficie del mar, en un intento por no ser detectados
por los radares ingleses. Esto demandaba un gran consumo
de combustible para la ida y el eventual retorno,
quedando tan sólo unos pocos minutos para detectar
blancos, asestar golpes mortales y emprender un nuevo y
muy riesgoso vuelo, que muchas veces terminaba con la
detección y la pérdida del piloto y la máquina.
Estas técnicas y tácticas desplegadas por nuestros
pilotos, resultaron admirables para todo el “mundo
aéreo”, particularmente, entre aquellos, que en el
pasado o contemporáneamente, habían combatido o se
encontraban combatiendo en otros teatros de operaciones.
Entre ellos, Pierre Clostermann, quedó impactado por el
valor y audacia demostrada por nuestros cazadores,
transporteros y helicopteristas, entre otros que se
“jugaron” combatiendo a lo criollo. Así, resolvió viajar
a Buenos Aires, ya terminado el conflicto para conocer a
quienes habiendo sobrevivido, podían relatar sus
peripecias y poder felicitar personalmente a nuestros
héroes del aire.
Primero, anunció su intención, enviando a las
autoridades militares del momento, la nota que sigue:
TEXTO DE LA CARTA DEL AS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
PIERRE CLOSTERMANN, DIRIGIDA A LOS PILOTOS DE COMBATE
ARGENTINOS QUE PARTICIPARON EN EL CONFLICTO DE 1982
A vosotros, jóvenes argentinos compañeros pilotos de
combate quisiera expresaros toda mi admiración. A la
electrónica más perfeccionada, a los misiles antiaéreos,
a los objetivos más peligrosos que existen, es decir los
buques, hiciste frente con éxito.
A pesar de las condiciones atmosféricas más terribles
que puedan encontrarse en el planeta, con una reserva de
apenas pocos minutos de combustible en los tanques de
nafta, al límite extremo de vuestros aparatos, habéis
partido en medio de la tempestad en vuestros “Mirage”,
vuestros “Etendard”, vuestros “A-4″, vuestros “Pucará”
con escarapelas azules y blancas.
A pesar de los dispositivos de defensa antiaérea y del
los SAM de buques de guerra poderosos, alertados con
mucha anticipación por los “AWACS” y los satélites
norteamericanos, habéis arremetido sin vacilar.
Nunca en la historia de las guerras desde 1914, tuvieron
aviadores que afrontar una conjunción tan terrorífica de
obstáculos mortales, ni aun los de la RAF sobre Londres
en 1940 o los de la Luftwaffe en 1945.
Vuestro valor ha deslumbrado no sólo al pueblo
argentino sino que somos muchos los que en el mundo
estamos orgullosos que seáis nuestros hermanos pilotos.
A los padres y a las madres, a los hermanos y a las
hermanas, a las esposas y a los hijos de los pilotos
argentinos que fueron a la muerte con el coraje más
fantástico y más asombroso, les digo que ellos honran a
la Argentina y al mundo latino.
¡Ay!: la verdad vale únicamente por la sangre derramada
y el mundo cree solamente en las causas cuyos testigos
se hacen matar por ella.