LA CRISIS ACTUAL DEL CAPITALISMO ES
TERMINAL
Por
Leonardo Boff
24-06-2011
Vengo sosteniendo que
la crisis actual del capitalismo es más que
coyuntural y estructural.
Es terminal.
¿Ha llegado el final
del genio del capitalismo para adaptarse siempre a
cualquier circunstancia?
Soy consciente de que
pocas personas sostienen esta tesis. Dos razones,
sin embargo, me llevan a esta interpretación.
La primera es la
siguiente: la crisis es terminal porque todos
nosotros, pero particularmente el capitalismo, nos
hemos saltado los límites de la Tierra.
Hemos ocupado,
depredando, todo el planeta, deshaciendo su sutil
equilibrio y agotando sus bienes y servicios hasta
el punto de que no consigue reponer por su cuenta lo
que le han secuestrado.
Ya a mediados del
siglo XIX Karl Marx escribía proféticamente que la
tendencia del capital iba en dirección a destruir
sus dos fuentes de riqueza y de reproducción: la
naturaleza y el trabajo. Es lo que está ocurriendo.
La naturaleza
efectivamente se encuentra sometida a un gran
estrés, como nunca antes lo estuvo, por lo menos en
el último siglo, sin contar las 15 grandes
diezmaciones que conoció a lo largo de su historia
de más de cuatro mil millones de años.
Los fenómenos extremos
verificables en todas las regiones y los cambios
climáticos, que tienden a un calentamiento global
creciente, hablan a favor de la tesis de Marx.
¿Sin naturaleza cómo
va a reproducirse el capitalismo?
Ha dado con un límite
insuperable.
Él capitalismo
precariza o prescinde del trabajo.
Existe gran desarrollo
sin trabajo.
El aparato productivo
informatizado y robotizado produce más y mejor, con
casi ningún trabajo. La consecuencia directa es el
desempleo estructural.
Millones de personas
no van a ingresar nunca jamás en el mundo del
trabajo, ni siquiera como ejército de reserva.
El trabajo, de
depender del capital, ha pasado a prescindir de él.
En España el desempleo
alcanza al 20% de la población general, y al 40% de
los jóvenes.
En Portugal al 12% del
país, y al 30% entre los jóvenes.
Esto significa una
grave crisis social, como la que asola en este
momento a Grecia.
Se sacrifica a toda la
sociedad en nombre de una economía, hecha no para
atender las demandas humanas sino para pagar la
deuda con los bancos y con el sistema financiero.
Marx tiene razón: el
trabajo explotado ya no es fuente de riqueza.
Lo es la máquina.
La segunda razón está
ligada a la crisis humanitaria que el capitalismo
está generando. Antes estaba limitada a los países
periféricos.
Hoy es global y ha
alcanzado a los países centrales.
No se puede resolver
la cuestión económica desmontando la sociedad.
Las víctimas,
entrelazas por nuevas avenidas de comunicación,
resisten, se rebelan y amenazan el orden vigente.
Cada vez más personas,
especialmente jóvenes, no aceptan la lógica perversa
de la economía política capitalista: la dictadura de
las finanzas que, vía mercado, somete los Estados a
sus intereses, y el rentabilismo de los capitales
especulativos que circulan de unas bolsas a otras
obteniendo ganancias sin producir absolutamente nada
a no ser más dinero para sus rentistas.
Fue el capital mismo
el que creó el veneno es el que lo puede matar: al
exigir a los trabajadores una formación técnica cada
vez mejor para estar a la altura del crecimiento
acelerado y de la mayor competitividad, creó
involuntariamente personas que piensan.
Éstas, lentamente van
descubriendo la perversidad del sistema que
despelleja a las personas en nombre de una
acumulación meramente material, que se muestra sin
corazón al exigir más y más eficiencia, hasta el
punto de llevar a los trabajadores a un estrés
profundo, a la desesperación, y en algunos casos, al
suicidio, como ocurre en varios países, y también en
Brasil.
Las calles de varios
países europeos y árabes, los “indignados” que
llenan las plazas de España y de Grecia son
expresión de una rebelión contra el sistema político
vigente a remolque del mercado y de la lógica del
capital.
Los jóvenes españoles
gritan: «no es una crisis, es un robo».
Los ladrones están
afincados en Wall Street, en el FMI y en el Banco
Central Europeo, es decir, son los sumos sacerdotes
del capital globalizado y explotador.
Al agravarse la crisis
crecerán en todo el mundo las multitudes que no
aguanten más las consecuencias de la
superexplotación de sus vidas y de la vida de la
Tierra y se rebelen contra este sistema económico
que ahora agoniza, no por envejecimiento, sino por
la fuerza del veneno y de las contradicciones que ha
creado, castigando a la Madre Tierra y afligiendo la
vida de sus hijos e hijas.
LB/
Leonardo Boff (* Concórdia, Brasil, 14 de diciembre
de 1938). Teólogo, filósofo, escritor, profesor,
ecologista brasileño. Su nombre de pila es Genésio
Darci Boff, pero como religioso adoptó el nombre de
Leonardo. Su hermano Clodovis Boff, es un teólogo
católico de la orden de los Siervos de Maria,
cercano a la Teología de la Liberación.
Más datos: http://es.wikipedia.org/wiki/Leonardo_Boff